miércoles, 17 de marzo de 2010

R.I.P., Franky, the funky monster.


La deshinibición que se suele producir en las fiestas populares, siempre me ha producido interés. El humor, el disfraz, el gesto enfático, la burla, es una transgresión consentida y necesaria a la realidad cotidiana. No sé, si una catarsis. Lo que si observo es que establece un diálogo.  Un diálogo, que generalmente, debido a su importancia social, requiere ser recogido mediante una fotografía.

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