La deshinibición que se suele producir en las fiestas populares, siempre me ha producido interés. El humor, el disfraz, el gesto enfático, la burla, es una transgresión consentida y necesaria a la realidad cotidiana. No sé, si una catarsis. Lo que si observo es que establece un diálogo. Un diálogo, que generalmente, debido a su importancia social, requiere ser recogido mediante una fotografía.
miércoles, 17 de marzo de 2010
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