miércoles, 14 de octubre de 2009

Playa de Colliure.


Otra imagen de Colliure, esta vez cerca de la playa.

El proceso fotográfico desde que uno comienza una previsualización, continua con la toma, la posproducción, la edición y su salida a la luz donde es observado por un espectador, es un fenómeno compuesto de un conjunto de momentos que están afectados por múltiples decisiones y azares. Normalmente el fotógrafo se suele situar dentro de una práctica codificada y cumple más o menos sus reglas de ahí su mayor o menor originalidad. Una experimentación consciente (o más o menos inconsciente) que vulnera los códigos y que plantea problemas o soluciones comunicativas y que enriquece los mismos y por ello a una sociedad, es original. La torpeza solo puede ser original para el mercado.

Por otra parte el fotógrafo trabaja con imágenes, crea imágenes.

Según Justo Villafañe, dentro de la teoría de la imagen, en una imagen para que sea imagen se deben cumplir tres hechos irreductibles: ser una selección de la realidad, de unos elementos configurantes, y una sintaxis entendida como una manifestación de orden.

1. Una selección de la realidad.
2. Un repertorio de elementos fácticos.
3. Una sintaxis.

Los principios fundamentales que han de servir para explicar los conceptos claves de la representación, tienen su origen en mecanismos perceptivos. El orden icónico emana del orden impuesto por la percepción. La capacidad estructural de la imagen está basada en la propia estructura de la realidad. El concepto de significación plástica, por último, no es otra cosa que la expresión de una doble operación selectiva, primero perceptual y después representativa, que la imagen hace de la realidad.

Toda imagen posee un referente en la realidad. Todo proceso de síntesis visual es posible a partir de un buen número de conceptos visuales que el sujeto ha ido extrayendo de su entorno real desde los primeros estadios de su desarrollo cognitivo. Sin embargo, la idea de que toda imagen tiene su origen en lo real, puede resultar engañosa si se utiliza como pretexto para reducir una de las características más importantes de la naturaleza icónica, la modelización de la imagen que supone dicha imagen. Las imágenes constituyen modelos de realidad del mismo modo que la música o la literatura. La percepción o la representación visuales son las responsables de la modelización icónicas. Existirá un grado de iconicidad, siendo el más alto el de las imágenes naturales, o sea: cualquier percepción de la realidad sin más mediación que las variables físicas del mundo…Villafañe nos propone un análisis serio desde una disciplina científica para valorar las imágenes.

Más allá del gusto personal, para el análisis y valoración de las imágenes, existen criterios apoyados en disciplinas científicas sustentados en la tradición (no solo de la imagen en sí sino del fenómeno o fenomenología de la imagen). Leer la imagen como nos recomienda Javier Marzal no es un acto ingenuo. En el caso del profesional de la imagen, es un acto de responsabilidad.

…“No el que ignore la escritura, sino el que ignora la fotografía” se ha dicho, “será el analfabeto del futuro” pero ¿es que no es menos analfabeto un fotógrafo que no sabe leer sus imágenes?”…

Walter Benjamín, Pequeña historia de la fotografía, 1931.

Carlos Alcañiz 2009.



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