miércoles, 25 de noviembre de 2009

Figura 82. La representación inadecuada del mexicano.

Rudolf Arhheim, Arte y percepción visual, Ed. Alianza editorial, Madrid, 1979. Páginas 121 y 122.

 ¿Son estos aspectos más simples y perceptualmente preferidos los más adecuados para transmitir el concepto visual del objeto tridimensional? Algunos sí lo son. Nuestros conceptos visuales de muchos objetos se caracterizan por simetrías estructurales, que son reveladas de la manera más directa por ciertos aspectos del objeto. Así, una vista frontal recta de una figura humana presenta este llamativo rasgo, pero un lado no distorsionado de un cubo sólo se puede mostrar a costa de ocultar todos los demás. O bien, consideremos la figura 82. Sin duda es la representación más simple posible de un mexicano tocado con un sombrero de gran tamaño, pero semejante vista sólo podría ser utilizada a modo de broma, broma que resulta precisamente de la contradicción que existe entre la corrección indisputable de la representación y su insuficiencia patente. La imagen es ciertamente fiel- se puede obtener fotográficamente una vista similar desde la ventana del tercer piso de un hotel-, pero resulta inadecuada a casi todos los efectos, porque no distingue a un mexicano de una piedra de molino o una rosquilla. El esqueleto estructural de la figura 82 mantiene un nexo demasiado débil con la estructura del concepto visual que se ha de transmitir: en su lugar crea otras oscilaciones engañosas.




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